Sí, los cuentos clásicos son un excelente ejercicio de escritura creativa

¿Cómo? Muy sencillo: escribiendo un cuento desde otro punto de vista. Compartimos los consejos del escritor español David Olier.

El escritor español David Olier muestra en su blog una original forma de creación: reescribir -cambiando perspectivas, tiempos, personajes o estilos- algunos de los relatos más conocidos de la literatura. Aquí, los consejos del autor.

Lo primero que necesitáis es una historia, una leyenda o un cuento. Puede valer cualquier narración (escrita, hablada o grabada), pero os recomiendo que sea lo más corta posible. Os valdrá con elegir un cuento de los Hermanos Grimm, de Charles Dickens, o cualquier otro  cuento que podáis recordar de vuestra infancia.

¿Es necesario que sea un cuento infantil? Mi humilde opinión es que sí. El impacto de transformar algo escrito para niños en otra cosa totalmente diferente y visto desde el punto de vista de un adulto es mucho más… espectacular.

Pero como siempre, tenéis plena libertad de elegir el texto que prefiráis.

¿Y ahora?

Ya tenéis un cuento, una historia cualquiera perfectamente conocida por vosotros y muy posiblemente por los que os rodean. ¿Qué tenéis que hacer ahora?

Algo todo lo sencillo (o todo lo complicado) que queráis hacer:

  • Cambiad el final de la historia. Esta es la versión más fácil, basta con que reescribáis el final de ese cuento que habéis elegido. Pueden bastar un par de párrafos, o podéis extenderos todo lo que queráis. El objetivo del ejercicio de escritura creativa es que cambie totalmente.
  • Reescribidlo desde el punto de vista de otro personaje. El más obvio es el antagonista, ¿qué pasaría si él fuera el bueno? ¿Cómo sería esa historia? Pero también podéis elegir un personaje secundario y sin importancia y convertirlo en el eje central del cuento.
  • Englobad ese cuento en una historia de mayores dimensiones. Este es el más largo y complejo, pero también uno de los que más satisfacciones os pueden llegar a dejar. Para ello deberíais crear una trama argumental mucho mayor, una situación que os permita incluir el cuento como una pequeña parte de una aventura aun mayor.
Recordad: podéis hacer lo que os de la gana. Sois dioses en un mundo de fantasía. No hay reglas, no hay maneras correctas e incorrectas de hacerlo, sólo tenéis que tener en mente que debéis transformar la historia hasta hacerla apenas reconocible.

Volviendo al tema de si el cuento debe ser infantil o para adultos. Si queréis, podéis hacer la prueba cogiendo cuentos para adultos, por ejemplo de Edgar Allan Poe. Intentad enfocarlo desde otro punto de vista, cambiar el final o crear una historia mayor. Recordad que el objetivo es que la nueva solución escrita impacte por su originalidad. ¿Parece más difícil hacerlo con un cuento adulto verdad?

Casi se me olvida, hay otro pequeño detalle importante para hacer este ejercicio aun más entretenido. Cambiad el género, dadle una vuelta de 180º a aquello que escribáis, si el cuento es tenebroso escribidlo lleno de luz y felicidad; si el cuento es feliz, bonito y todo va bien, cambiad las tornas y convertirlo en un mundo oscuro y triste. Eso lo hará más impactante.

Ideas para empezar

Aquí os dejo unas breves preguntas que os podéis hacer para empezar, si queréis añadir las vuestras genial, pero si encontráis aquí alguna pregunta que os enganche… ¡Adelante con la historia!

  • Hansel y Gretel. ¿Y si son los niños los que se escapan de su casa? ¿Y si la bruja es una pobre anciana ermitaña a la que los niños conocen y adoran?
  • Rapunzel. ¿Qué pasaría si Rapunzel fuera en verdad la hija de la bruja y el rey? ¿Y si la verdadera arpía fuera la mujer del rey, y Rapunzel y la bruja iniciasen una cruzada para librar al rey y al reino de ella?
  • La Cenicienta. ¿Y si nunca existió el hada y no hubiera ido al baile? ¿Y si hubiera asesinado a su madrastra y a sus hermanastras para hacerse con su riqueza y quisiera jugar con el príncipe?

Cualquier cosa es posible.

Fuente: https://cabaltc.com/