Técnicas creativas para empezar a escribir un libro

Existen mecanismos muy diversos a la hora de sentarte a escribir una historia. Aquí presentamos diez ejemplos para poner en marcha el mecanismo creativo.

Para escribir un libro (y terminarlo) es necesario que en la “ensalada” se junten una serie de ingredientes: encontrar la inspiración, tener en tu mano métodos efectivos para generar ideas, invertir el suficiente tiempo y esfuerzo, vencer a los bloqueos creativos y contar con buenas técnicas de escritura.

Pero además, uno de los puntos más importantes es el comienzo de tu obra creativa. ¿Lo escribirás en primera o en tercera persona? ¿Lo ambientarás en la época actual o viajarás en el tiempo? ¿Tu novela estará dotada de estructura cronológica, inversa, abogará por la multiperspectiva o preferirá un monólogo interior? ¿Qué tono y lenguaje escogerás?

Estas y otras dudas se plantearán a lo largo de tu proceso de creación literaria. En primer lugar es importante aclarar que no hay principios buenos o malos: todos son válidos y actúan como eje o punto de partida para desarrollar tu historia.

En la literatura universal más aclamada nos topamos con toda clase de ejemplos, desde el clásico “la cebolla tiene que estar firmemente picada” con el que comienza Como agua para chocolate, de Laura Esquivel a “la familia Dashwood llevaba mucho tiempo asentada en Sussex” que da inicio Juicio y sentimiento de Jane Austen o al emblemático comienzo de la novela de Juan Rulfo, que decía así: “vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”. 

Métodos para empezar a escribir un libro

Existen mecanismos muy diversos a la hora de sentarte a escribir tu historia: puedes abogar por presentar al lector unos personajes y un lugar concretos en la escena, juntar un hecho particular con una información universal, hablar de un hecho súbito e inesperado que trastoca la vida del protagonista, introducir una acción directa o apostar por una frase poética o filosófica.

Sea como fuere, anota las siguientes diez técnicas para empezar a escribir un libro:

  • Personaje, tiempo, lugar: Esta clásica técnica para escribir un libro consiste precisamente en seleccionar estos tres puntos de forma concreta, ya sea para una novela o para un relato. Si no se te ocurre nada y tu inspiración está bloqueada, escoge en Internet un nombre al azar con un generador de palabras, elige una década o un año de forma arbitraria y señala una ciudad cualquiera. Por ejemplo: María, en la década de los 50, en un pueblo de México.
  • Recurre al flashback: Este recurso es muy habitual en el cine y sigue sin estar manido debido a las inmensas posibilidades creativas que brinda. Puedes empezar por el final -o por el medio- de la historia e ir retrocediendo, de forma cronológica, inversa o a saltos para revelar a tus lectores qué sucede en la trama.
  • Juego de palabras, verso o canción: Muchas novelas comienzan en la primera página con frases de otros autores, el estribillo de una canción, una sentencia filosófica o algo que en definitiva, marque el tono del relato y logre cautivar a tu receptor. Otras formas creativas son una receta de cocina, una adivinanza o un pasatiempo que puedan guardar algún tipo de relación con el argumento de la historia.
  • Escoge el formato diario: Tanto el formato epistolar de las cartas como el de los diarios ha experimentado un largo recorrido a lo largo de la historia de la literatura y te permite apostar por un enfoque fresco, introspectivo y en pequeños bloques temporales. El diario personal del protagonista funciona de forma excelente en el género policíaco, de thriller o negro, así como para monólogos interiores y relatos intimistas.
  • Apuesta por las cartas de Vladimir Propp: Se trata de elementos que aparecen en los cuentos con diferentes funcionalidades y que el maestro Gianni Rodari recomienda en su obra Gramática de la fantasía para ponerse a escribir. Puedes empezar tu relato por cualquiera de las funciones, que son las siguientes: Alejamiento/Prohibición/Transgresión/Interrogatorio/Información/Engaño/Complicidad/Fechoría (o carencia)/Mediación/Principio de la acción contraria/Partida/Primera función del donante/Reacción de héroe/Recepción del objeto mágico/Desplazamiento/Combate/Marca/Victoria/Reparación/La vuelta/Persecución/Socorro/Llegada de incógnito/Pretensiones engañosas/Tarea difícil/Tarea cumplida/Reconocimiento/Descubrimiento/Transfiguración/Castigo/Matrimonio.
  • Cambio brusco de rumbo: La llegada de una carta, un accidente de coche, la aparición de un fenómeno sobrenatural o un tiroteo pueden alterar de forma súbita la vida de los protagonistas de tu historia. Para ello, puedes utilizar el primer párrafo de tu historia para subrayar el contraste entre la felicidad y un suceso impactante o negativo que modifique el destino de uno o de varios personajes.
  • Un hecho brutal y transgresor como punto de partida: Para capturar la atención del destinatario desde el primer segundo puedes apostar por platos fuertes, desde un cadáver que emerge de las profundidades del mar a una pelea a las afueras de un bar, un misterioso correo electrónico o una sesión de hipnosis son algunos ejemplos de imágenes potentes para dar comienzo a la historia.
  • Atrévete con el diálogo: En lugar de empezar con una descripción, puedes apostar por el dinamismo de un diálogo entre dos o más personajes importantes, ayudándote a definirlos y a trazar una escena, un lugar y un contexto. Imagina la conversación e incluso ensáyala en alto, intentando condensar la esencia y actitud de los personajes.
  • Aporta una pista: Si vas a escribir una novela de terror o intriga puedes comenzar con una pista relevante por el que la detective, el policía o un equipo de investigadores abren el caso. Otro método es empezar con un recuerdo importante y volver al presente.
  • Fuente: Ticbeat