LAS provincias de La Rioja, Chaco o Chubut, no son palabras habituales cuando se habla del mercado de arte ni en las crónicas de los grandes eventos de las artes visuales de la Argentina. Pero la pandemia cambió todo. Y cuando arrancó Panorama – Semana de galerías de arte en Argentina, fue también el inicio de una nueva realidad -más inclusiva y federal- para los artistas, coleccionistas y galeristas de todo el país.
Cada una con su propuesta, más de 130 galerías de 18 provincias participan en este proyecto organizado por arteBA Fundación y Meridiano, Cámara Argentina de Galerías de Arte, que durante siete días, desde el 23 hasta el 29 de noviembre, permitió acceder gratuitamente a la obra de más de 600 artistas -en forma presencial u online- y a una amplia agenda de actividades virtuales a través de la plataforma panorama-galerias.com.ar.
De cada galería es posible ver en esa plataforma web ocho imágenes de obras o de sala, según la preferencia de cada expositor, e información de la muestra y de contacto para profundizar sobre los contenidos o solicitar una cita para ver la muestra en forma presencial, siguiendo siempre estrictamente los protocolos sanitarios correspondientes a cada provincia o municipio.
Pero lo que probablemente primero llamará la atención de quien acceda a la página web de Panorama es el mapa con las siete zonas en que se agrupan las 18 provincias. Además de la Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, cada una una zona en sí misma, hay otras tres zonas conformadas así: Catamarca, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan, Tucumán, porun lado. Luego Chaco, Corrientes y Entre Ríos. Y finalmente Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Tierra del Fuego.
En la conformación de ese mapa fue clave la colaboración con Meridiano y arteBA de otras instituciones afines de las distintas regiones: FARO (Asociación civil de Galerías de Arte de Córdoba), JUNTA (Red bonaerense de arte contemporáneo) y GIRO (Circuito de Galerías de Arte de Rosario), y de referentes locales -artistas, curadores, docentes, investigadores, gestores- en los puntos del país donde no se han creado aún instituciones semejantes.
Además de este afán federalizador, esta semana del arte tiene algunas diferencias significativas respecto de las de años anteriores. Una de ellas es la ausencia de museos públicos o privados, centros culturales y espacios de exhibición de fundaciones como OSDE y Proa. Es que se buscó un perfil, “desbienalizado”, más claramente comercial y de mercado, por lo que Panorama se sostiene únicamente en la actividad de las galerías, algo que se advierte incluso en el nombre que, de Semana del arte de ediciones anteriores, pasó este año a Panorama-Semana de galerías de arte en Argentina.
Los organizadores ponen el énfasis en federalizar el mercado, llegar a nuevos públicos y favorecer el encuentro, sin mediaciones, entre vendedores y compradores. La de federalizar el mercado de arte es una ambición largamente reclamada y declamada en la Argentina, hasta hoy nunca concretada.
Las desventajas de la virtualidad que impuso la pandemia en el arte son obvias. La presencia, el estar físicamente frente a una obra de arte es una experiencia insustituible, por más perfectas técnicamente que sean las plataformas web que proponen el acercamiento online. Lo mismo que la conexión y el encuentro presencial en una muestra o en una feria con colegas, artistas o curadores.
Sin embargo, y paradójicamente, debemos a la misma pandemia las ventajas de la virtualidad: como nunca antes, hoy accedemos a espacios, actividades y obras de arte casi sin límites y de manera global. Desde cualquier punto de la Argentina es posible mirar una exhibición en Singapur o asistir a la charla de un curador, un artista, investigador o director de museo en Florencia, Londres o Berlín. Con su formato híbrido de presencialidad y virtualidad -algo que parece haber llegado al mundo del arte para quedarse, más allá del eventual fin de la pandemia- Panorama parece una oportunidad para obtener los beneficios de ambas modalidades.
Algo de eso sostiene desde Córdoba, José Luis Lorenzo, coleccionista e integrante del comité asesor de Fundación arteBA, en diálogo con Clarín: “Es muy importante la visibilidad que Panorama puede darle al arte argentino. Yo creo que esto es pasar de la palabra a la acción y federalizar el arte sin perder proyección internacional. Es la posibilidad, para el que vive afuera, de conocer la escena del arte argentino en las provincias. Y para nosotros, en la Argentina, de conocer lo que pasa en todos los rincones del país, desde Salta hasta Tierra del Fuego”.
Uno de los objetivos de Panorama es atraer nuevos públicos y estimular un acceso más amplio a la compra de obras de arte. “Las palabras coleccionista o coleccionismo -dice Lorenzo- pueden dar miedo. Se trata de que alguien pueda comprar una obra sin serlo. Si después se convierte en coleccionista, mejor”.
Hacia allí apunta el programa “Mi primera obra”, de Panorama, por el cual cada galería propone una selección de obras con valores entre 5.000 y 80.000 pesos. Esos montos relativamente menores pueden hacer que mucha gente se anime a comprar.
En la plataforma web de Panorama, cada galería compartirá, además de la exhibición de sus obras, enlaces a las distintas actividades (charlas, conferencias grabadas, diálogos, películas e intervenciones en vivo).